
El taller de mediación artística pretende dar a conocer herramientas artísticas para crear un nuevo canal expresivo que favorezca el bienestar y el equilibrio emocional.
El taller pretende ser un lugar donde las personas se sientan libres y acogidas para expresarse.
A través de su obra sin juicio, sin presión; generando presencia individual, y pertenencia al grupo.
Creando un espacio para el juego, el humor, la cohesión grupal y otras emociones positivas.
El terapeuta hace papel de mediador, de acompañante de guía; aportara herramientas para el desarrollo de una consciencia personal y para una mejora en el bienestar personal y social.
Se fomentará la escucha, la observación, la sensibilización de todos los sentidos.
Nos centraremos en las capacidades y no en las limitaciones.
Vivenciando y siendo conscientes del presente, generando recursos y herramientas para el empoderamiento y equilibrio emocional; mediante la observación y el diálogo con la obra.
Se introducirán materiales y conceptos para introducir a los alumnos en un marco artístico, dándoles un abanico de posibilidades para su expresión artística.
El taller de mediación artística grupal, tendrá una duración entre 1:15 a 2 horas (dependiendo de las características del grupo). El grupo será de mínimo 4 personas y máximo 24 personas.
Las sesiones contarán con ejercicio de introducción con el tema o material a trabajar, se trabajará grupalmente; la sesión concluirá con un dialogo terapéutico sobre lo sucedido en la sesión.

“El Arte es un lenguaje esencial y un bien común que acompaña al ser humano desde su nacimiento, a través de sus garabatos el niño investiga y experimenta el mundo que le rodea con espontaneidad y autenticidad Las actividades artísticas le brindan muchas posibilidades similares a las del juego para enriquecer su mundo, tanto interno como externo, permitiéndole expresar sus fantasías inconscientes a través de un dibujo, escribiendo o narrando un cuento, haciendo una canción o con el movimiento de su cuerpo.
La actitud creativa parece formar parte de la estructura constitutiva de la especie. Puede leerse repetidamente que nos encontramos ante una característica fundamental del hombre, una posibilidad dada a todos los seres humanos al nacer; pero que, con frecuencia, se pierde, se entierra o se inhibe por los efectos del proceso cultural.
A lo largo de la historia han sido muchos los autores y artistas que han puesto palabras a los procesos en los que una persona se sumerge cuando utiliza el arte como elemento activo a través de los diferentes lenguajes artísticos, explicando la conexión entre el mundo interno y el mundo externo que le rodea, donde el Arte nos permite contar, expresar y comunicar ambos mundos.
Con estos planteamientos y buscando poner palabras a nuestras experiencias, llegamos a un hermoso y concienzudo texto de Héctor Juan Fiorini, “El psiquismo creador”, en el que encontramos palabras a los diferentes momentos en los que entramos en un proceso creativo. En una de sus citas a Eugenio Trías, encontramos una definición del SER que llevada al mundo de la discapacidad, nos hace definir la misma desde el punto de vista de la sociedad en general y desde el punto de vista de la ampliación de miras y metas dentro del colectivo. Hablamos del concepto de ser, teniendo en cuenta además de lo que las personas son en sí y lo que deben ser, lo que pueden y desean ser. Las personas con discapacidad a lo largo de la historia han sido consideradas desde tan sólo dos de estas acepciones: lo que son y lo que deben ser, sin darles un permiso o en el caso que nos ocupa, una oportunidad para lo que pueden o desean ser, y encontramos en estas dimensiones que el Arte es un medio ideal para favorecer estos campos tan olvidados en el colectivo.

Así mismo, el Arte se ha convertido, en nuestros días, en un medio a través del cual se puede proporcionar salud a un individuo determinado, entendida ésta como la intervención con los lenguajes artísticos desde la salud emocional, una forma de terapia que a su vez, interviene sobre la salud física y mental. Este concepto se relaciona fundamentalmente con aquellas acciones que recuperan la visión del ser humano como hacedor vulnerable, como único en su hacer según las vivencias y experiencias a las que se enfrente y a las limitaciones con las que cuente.
Desde esta fundamentación y a través de nuestra experiencia nos atrevemos a afirmar que el arte es un bien común del que todos podemos beneficiarnos independientemente de nuestras capacidades o conocimientos artísticos, la expresión artística permite al ser humano adentrarse en lo sensible, articular un discurso ligado a lo retórico, encontrarse describiendo un camino de reciprocidad, de descubrimiento o desvelamiento de las relaciones entre lo externo y lo interno que además ponen en marcha esquemas internos de felicidad y realización”. (El arte como un lenguaje posible en las personas con capacidades diversas / Ana M. Ballesta, Onil Vizcaíno, Eva Cristina Mesas, 2011)